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Paco Puyuelo

Atorrante, Peralta de Alcofea 1967

Su vinculación a las piedras aparece a muy temprana edad. Pronto pasa a convertirse en una verdadera obsesión, lo que le obliga a una búsqueda contínua de no se sabe qué, y al traslado permanente de residencia (Barbastro, Monzón, Huesca, Alicante, Plomodiern, París…).

Este delirio de enfrentarse al material rocoso se ve ahora agravado por su reincidente manía de intentar mostrar al mundo el resultado de tales tropelías.